La llegada de la Navidad es para la población una alteración en la rutina profesional, familiar y sobre todo en los hábitos alimenticios. Más empachos, acidez, digestiones pesadas y resacas, pueden representar en la población una ganancia de entre dos y cuatro kilos de promedio
El secretario de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), el doctor Miguel Ángel Rubio ha alertado que los excesos de comida y bebida que se producen en la Navidad, puede representar en la población una ganancia de entre dos y cuatro kilos de promedio.
El problema es que, como advierten los especialistas, la subida de peso va de la mano del incremento de colesterol, subidas de tensión, así como las malas digestiones que en los peores casos, pude producir diarreas, náuseas y vómitos. Por ello los especialistas recomiendan masticar despacio los alimentos, no comer en exceso, y evitar abusar de carnes y grasas o sustituirlo por verduras o alimentos ricos en fibras. Y, por supuesto, no abusar del alcohol y el tabaco.
Y es que como ha asegurado el doctor, la comida navideña en sí misma no tiene mucho valor calórico, ya que suelen ser menús compuestos por pavo, besugo ó mariscos, el problema son los aperitivos y las bebidas que acompañan a la cena, además de los dulces propios de esta época.
Asimismo, el periodo navideño cada vez es más largo, pues con la llegada de las cenas de empresa, desde hace pocos años atrás, han ampliado la cota navideña a un mes y medio. Por tanto, todo ello desemboca en un indeseado incremento de peso que afecta tanto a niños como a ancianos.
Además, como ha señalado el doctor Miguel Ángel Rubio, el problema viene al acabar las fiestas que cuesta perder esos kilos de más que como ha afirmado, en muchas ocasiones sólo se consigue rebajar la mitad del peso cogido.